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¿Conoces los beneficios del masaje biointegrador?

Beneficios del masaje biointegrador

El Masaje Biointegrador es un método holístico que se ocupa del proceso de integración de la persona mejorando la calidad de vida.

Por integración de la persona entendemos la habilidad, restaurada por la experiencia del cuerpo, de sentirse más completo y completo. En el movimiento significa adquirir mayor fluidez y espontaneidad. En el comportamiento, mayor consistencia y naturalidad entre lo que se siente y lo que se actúa, entre lo que se piensa y lo que se expresa de masajes eróticos.

El practicante está preparado para realizar un tacto integrado y afectivo aplicado a secuencias cortas y/o largas de movimientos específicos como puede ser rítmicos, fluidos, sensibles, expresivos que ayudan a desarrollar el estado general de bienestar de la identidad.

En comparación con otros tipos de masaje se llama Biointegrante (Bios=Vida) porque presta especial atención a recuperar la conexión con la vida a través de la pulsación vital entendida como el movimiento alterno de la vida que se manifiesta al sentir el ritmo de la actividad y el descanso.

La pulsación vital que el operador transmite con la calidad de su contacto con toques pulsantes y rítmicos alternados con toques delicados y sensibles que evocan la pulsación vital como un mensaje primordial y regenerador.


«Tocar con cuidado» es esencial para permitir la integración de la identidad, por esta razón el operador es educado para transmitir un contacto con una alta calidad emocional que se manifiesta en los gestos diarios de cuidado y asistencia.

El masaje biointegrador también desarrolla la expresión de la identidad. La calidad de los movimientos generados durante los masajes está muy bien cuidada. Se inspira en el patrimonio universal del movimiento humano que se compone de al menos 12 categorías de movimiento que se traducen en diferentes formas de tacto:

  • Ritmo,
  • Fluidez,
  • Sensibilidad,
  • Ligereza,
  • Extensión,
  • Sensualidad,
  • Expresividad, etc.

Nuestra identidad puede ser revelada y florecer si nuestros potenciales son estimulados por manos sabias, cálidas y seguras, que pueden hacer que la piel, recipiente de la identidad, sea dúctil y receptiva a la transformación.

Los beneficios de este tipo de masaje son muchos, físicos (reequilibrio de la energía, del sistema nervioso), psicológicos (mayor presencia, confianza en sí mismo y una percepción integrada de sí mismo y del otro); existenciales (aparición de sentimientos de armonía y benevolencia hacia los demás y la vida; fortalecimiento de la identidad).


Beneficios físicos

  • Armonización de los mecanismos de autorregulación neurovegetativa (equilibrio simpático-parasimpático)
  • Compensación de los sistemas ergotrópico y trofótropo
  • Inducción de un proceso de reparación celular, debido a la deceleración (efecto trofótropo)
  • Revitalización de los órganos: piel, músculos, venas, corazón, sistema digestivo y genito-urinario.
  • Efecto de fortalecimiento del sistema inmunológico
  • Efecto sedante en los órganos
  • Activación de las funciones sexuales

Beneficios psicológicos

  • Calidad de la tez mejorada: colorida y rica
  • Aparición de sentimientos de euforia vital, de ligereza, de sensaciones epifánicas
  • Efecto antidepresivo, antiestrés, ansiolítico
  • Desaceleración psicomotora y disminución del nivel de control
  • Capacidad de ponerse en contacto con uno mismo y con los demás
  • Restauración de la capacidad de experimentar placer y erotismo

Revitalizando su cuerpo y aumentando su autoestima

  • Capacidad de dar y recibir afecto

Beneficios sobre la existencia

  • Aparición de sentimientos de buena voluntad y armonía hacia los demás y la vida
  • Equilibrio de los componentes del estilo de vida (ergotropía y gonadotropía)
  • Refuerzo de la identidad
  • Amplificación de la conciencia
  • Percepción integrada de sí mismo
  • La función del masaje biointegrador

El hombre «civilizado» sufre desde hace mucho tiempo una cierta forma de «tatofobia» que vivimos en una sociedad en la que es normal llegar a alguien por el aire, pero en la que existe una inhibición del contacto con el cuerpo.

Tocarse se ha convertido en un gesto sospechoso, o «fuera de lugar». Estamos educados para mantener nuestra distancia con el mundo y con los demás: «¡No tocar!» es el imperativo.

El objetivo principal es acompañar a la persona a sentir lo que está haciendo, a adquirir presencia y una percepción integrada y constante de sí mismo y del otro.

Para este método el proceso de integración del individuo consigo mismo y con sus potenciales vitales para expresarse en la existencia y con los demás se vuelve importante.

Se hace importante salvaguardar la sensibilidad en el encuentro con el receptor, ya que el masaje no es una práctica mecánica, sino más bien un momento precioso para dar y recibir contacto con cuidado, progresividad y sensibilidad.


La calidad del movimiento manual en el masaje biointegrador

La calidad de los movimientos generados durante los «masajes» en este método están muy bien cuidados.

Se inspira en el patrimonio universal que se compone de al menos una docena de categorías de movimiento que se traducen en diferentes modos de tacto: ritmo, fluidez, sensualidad, sensibilidad, ligereza, extensión, expresividad, etc.


La cualidad amorosa de dar contacto

Puedo conocer a una persona, su identidad única e irrepetible, su experiencia original que se revela a través de la postura, la forma en que se comunica y se mueve, las tensiones musculares, las zonas de placer y dolor, la capacidad de recibir contacto …

Entendiendo que cada persona es única, necesitaremos, en el acto de tocar, encontrar los movimientos, la respiración, el ritmo y la calidad de contacto apropiados a su diversidad.

Si hemos aprendido una técnica de masaje esto nos servirá de base, pero será la relación humana la que nos hará descubrir cómo aplicar lo que hemos aprendido.

Lamentablemente no estamos acostumbrados a amar la diversidad como algo único porque la tendencia común es crear roles sociales que tienden a cubrir la verdadera identidad de cada persona.

El contacto con el Masaje requiere, en cambio, una capacidad trascendente de acoger y adaptarse a la diversidad y singularidad del otro sabiendo valorarlo.

Es el encuentro con el otro lo que determina la transmutación energética.

Si el masaje es guiado por la vivencia, es decir, viviendo plenamente en el aquí y ahora, se crea una nueva condición física y psíquica que transforma el estado de ánimo y eleva el estado de ánimo endógeno (vitalidad) de ambos: quién hace y quién recibe el masaje.

 

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